domingo, 3 de junio de 2007

El cangrejo de COSTCO


El arranque de este artículo se lo debo a mi buen amigo Carlos Hernández Albarrán, al que me encontré al inicio de la marcha de periodistas en Acapulco por la muerte de Amado Ramírez, de cuyo asesinato se temía en ese entonces se fuera a dar una versión sacada de la manga y con chivos expiatorios. Al día de hoy los temores parecen confirmarse.

La historia se desarrolla en el pasillo de una moderna tienda y participan en ella un niño de la ciudad de México, su papá y mi amigo.

-¡Mira papá, un cangrejo!- dice el niño señalando un cangrejo rojo justo en el centro de la tienda Costco del Acapulco Diamante.
El papá se acerca a observar al crustáceo asustado por tantas luces, pisadas a su lado y estantería que vende marcas coloridas y comodina modernidad.
-¡Es cierto, es un cangrejo! ¡Qué chistoso que esté aquí, en medio de Costco!
-No se sorprenda, señor- intervino mi amigo Carlos. Antes aquí había muchísimos cangrejos. Este era su hogar antes de que se construyera todo esto.

Y a continuación se puso a rememorar la manera en que en esos humedales y manglares antes vivían millones de cangrejos que en época de reproducción cruzaban por la carretera hoy remodelada y llamada Boulevard de las Naciones y tambien por la carretera a Barra Vieja para ir a cumplir con sus ritos reproductivos cerca del mar. Estas vialidades se coloreaban de rojo y era imposible cruzar en carro y no aplastar varios miles en el trayecto.

Hoy ese proceso se ha interrumpido y a cambio tenemos un negocio de hamburguesas, una terminal de autobuses, la ya citada tienda, sucursales de venta de pizzas, tacos, bancos y demás. No gran cosa, comentarán algunos. Prefieren comer una pizza o un helado de yogurth a ver como unos cangrejos cruzan la carretera. Así ha estado pasando desde hace mucho tiempo. Así es como ahora pasan las cosas.

Varias personas me han hecho comentarios acerca del artículo aparecido la semana anterior en este mismo espacio. Sus comentarios fueron de incredulidad, de preocupación, de espanto. Y yo les aseguré que no hice otra cosa que pasar a un escrito lo que alguien mas me ha contado, lo que alguien mas vive en estos momentos y que tiene mucho que ver con nuestro futuro inmediato. La misma Jacqueline, hija de ingleses crecida en Kenya, pasó varios días de su estancia en el Hotel Bocachica, admirando extasiada el paisaje de la isla de La Roqueta y preocupada con las apariciones ocasionales de los vendedores de conchas que llegaban en las tradicionales tablas de remar acapulqueñas.

Me dijo que en Africa los pobladores han arrasado con barreta y dinamita barreras de coral completas y caracoles para vendérselos a los turistas. Y las consecuencias en el medio marino han sido catastróficas. Varias pesquerías de las que dependían millares de personas simplemente se agotaron o migraron y a continuación la gente se tuvo que movilizar pues el sustento se había terminado. Este evento y otros similares multiplicado por decenas de veces ha llevado a fincar la situación desesperada que ahora vive Africa de falta de alimento para cumplir con su gente.

Guardo recortes de periódicos que poco a poco se convierten en historia de la ciudad y finalmente –en este mundo globalizado- la historia del planeta, y las tendencias son claras. Es la carrera de los lemmings hacia el precipicio pero sin sus inescrutables propósitos de control poblacional.
Veo una marejada violenta –que se aparece año con año- que pensándolo bien tiende a aumentar debido a que las tormentas que las generan incrementan su intensidad año con año, producto del calentamiento global. El asunto de la Contracorriente Ecuatorial –que siempre está ahí para equilibrar el flujo de la Corriente Ecuatorial en la ecuación de continuidad del Oceano Pacífico- ahora es acusada de ser la causante de estas olas que inundan la Costera Miguel Alemán. Al rato quizá también la acusen de ser la que mató a Amado Ramírez o la que amenazó de muerte a Misael Habana.
Los nombres raros y palabras domingueras ayudan a calmar la inquietud popular, pues es mas tranquilizador pensar que algo nuevo o raro nos afecta a llegar a la conclusión que son hábitos equivocados los que nos acarrear estas consecuencias. Preferimos pensar en amenazas “del espacio exterior”.

Carlos, Jacqueline y otros muchos dan cuenta fidedigna de lo que está pasando en nuestro mundo. En parte es añoranza. En parte es la impresión de que las cosas antes funcionaban mejor. Su intuición les susurra al oído que antes el mundo natural estaba en equilibrio y que ahora no lo está. De alguna manera todos sabemos que ese mundo, ese juguete que recibimos y al que en nuestra ingenuidad le hemos quitado varias piezas importantes, de alguna manera nos hace saber que también tenemos una parte de responsabilidad. Y que además lo estamos compartiendo con infinidad de especies animales y vegetales que pueblan el planeta, todas tan importantes o más que la propia especie humana.

Esto es lo que el cangrejo del Costco nos vino a recordar. No es un cangrejo que está en medio de la tienda. Es un cangrejo que vino a levantar su tenaza para recordarnos que antes de que una tienda departamental estuviera ahí su estirpe había dado a luz a más de 10 mil generaciones.

Historias similares : http://madreceiba.blogspot.com

1 comentario:

Touji00 dijo...

Extraordinario Articulo!!!.. estoy de visita en Acapulco!.. despues de mi primer dia donde la gente de acapulco se porta mas sangrona que los chilangos!, pense que el maravilloso paraiso de las playas lo resolvia todo!!.. pero al leer sobre los cangrejitos, la verdad termine ASQUEADO!!!.. y lo encontre, porque precisamente estaba buscando hoteles que acepten mascotas!, pero NO, en mi vida traere a mi mascota a un lugar donde les vale @$%$#%#$, la vida de los animales. Saludos