domingo, 14 de septiembre de 2008

Tenemos ciento cincuenta jaulas...


La semana pasada tuvimos la confirmación escrita por científicos de lo que lo que hasta el más despistado habitante urbano sabía de tiempo atrás: que las pesquerías se están derrumbando. Esto es, lo que se pesca, incluyendo peces, moluscos, crustáceos y demás bichos no están aguantando la intensidad de la captura a que están sujetos ahora, y su capacidad para reponerse se ha visto rebasada por tanta y tan malamente realizada pesca.

Tal confirmación sucedió en el IV Foro Científico de Pesca Ribereña efectuado en el Hotel Crown Plaza del 9 al 11 de septiembre pasado, evento a nivel nacional que reunió principalmente a biólogos pesqueros de centros de investigación de varios estados del país, algunos pescadores que se interesaron –mas bien pocos y ninguno de Acapulco- y autoridades locales a nivel federal y estatal en materia pesquera y acuícola, además por supuesto de altos mandos del Instituto Nacional de la Pesca.

Llama la atención, en este contexto, la falta de participación de gente del estado de Guerrero. A excepción de un grupo de Zihuatanejo con una propuesta formal para instalación de arrecifes artificiales, y un par de investigadores de la Escuela de Ecología Marina, que presentaron sus trabajos y se retiraron, nadie mas fué. De lugares como CET del Mar o las unidades de maestría o doctorados en Desarrollo Regional, nada. Cooperativas pesqueras, federaciones de pescadores o mínimo pescadores interesados, nada.

Y es una lástima, pues éste era un evento para aprender, enseñar, y manifestar desde dudas hasta propuestas con respecto a la actividad y la ciencia pesquera del país. A nadie le interesó. Este es entonces el desarrollo pesquero que realmente tenemos en nuestro estado: ni siquiera hay interés para ir a ver como se pesca en otros estados del país. Se es lo suficientemente organizado para hacer un –ojo, terminología nueva- acuaplantón, pero no para ir a adquirir conocimientos o exponer razonablemente una problemática, si es que existe, en un foro científico de la pesca.

Por parte de la autoridad pesquera a nivel estatal se anunció de manera pomposa la existencia de 150 jaulas de cultivo de huachinango en la bahía de Acapulco y en el estado de Guerrero con resultados excelentes, asunto que nadie en el foro creyó – se le pretendió vender papas a las Sabritas- pues esta gente sabe cuál es el estado de todo este tipo de actividades en el país, y si hubiese sido cierta la declaración, por supuesto que se sabría. Un programa más de que “se hace como que se hace”, manejado por gente que no tiene idea de lo que hace o pretende hacer. Aunque bueno, siempre se ha dicho que es un programa de jaulas, no de producción pesquera, y las jaulas ahí están.

En papel ya se cumplió, en producción lo dudo, en beneficio social real, lo dudo aún más, y en generación de papeles científicos...¿por qué no los presentaron en esta ocasión? Era el escenario ideal. La duda ya es certeza, y el desencanto, total. ¿Cuánto dinero habrá costado la escenografía, con mínimo beneficio para los que supuestamente debería haber beneficiado, esto es, a los pescadores? Nos quedamos otra vez con la duda, porque ni siquiera un poster técnico tuvieron la atención de presentar. Quizá lo vayan a hacer en un lugar fuera del estado, en donde nadie los vaya a cuestionar.

¿Qué posibilidades reales hay de que los biólogos pesqueros y los diferentes institutos de investigación puedan realmente controlar este espíritu de sobreexplotación pesquera que anima a todo el planeta, no solo a nuestro estado? No me quedé a ver las conclusiones, pero se podía extraer que ninguna. De las recomendaciones que se pueden hacer para preservar la pesca, todas deben ser aplicadas de manera estricta a manera de monitoreos e inspecciones para las cuales no se cuenta con recursos suficientes.

Estamos ante la situación en la que los profesionales que tienen los conocimientos para administrar los recursos pesqueros no tienen las facultades para hacerlo. Es como si en una empresa el gerente –administrador- no pudiera manejar los recursos humanos, de tiempo y de dineros para poder hacer funcionar el negocio. La quiebra es el destino de esa empresa. La quiebra es el destino y realidad de la pesca.

Muy pocas organizaciones pesqueras – un caso en Quintana Roo- realmente han superado su condición de recolectores-cazadores para llegar al equivalente de agricultores-ganaderos en el mar, y desgraciadamente es la primera actitud la que predomina en el sector pesquero, en la que el pescador va a seguir pescando como siempre lo ha hecho hasta sacar el último pez disponible, con el argumento de que “si no lo saco yo, lo saca el otro”. Esta última es la declaración del exterminio total.

Algo bueno, una esperanza digamos, salió del foro: uno de los investigadores, metido a sociólogo, en una encuesta que llevó a cabo en alguna comunidad pesquera del Pacífico, obtuvo como respuesta un “no” de la mayoría a la pregunta de que si el pescador quería que su hijo fuera pescador. ¿La razón? Porque la pesca ya no deja. ¿La importancia de esto? Quizá estemos asistiendo a ver la desaparición de la última generación de pescadores como hasta ahora se les había conocido, y el motivo de esta desaparición no será una regulación pesquera o los resultados publicados en alguna revista especializada. Será solo porque ya no será una actividad rentable y los pescadores se dedicarán a otra cosa para poder subsistir. Si se quisiera describir gráficamente este proceso, sería útil la visualización de los modelos presa-predador, en los que la capacidad de reproducción del predador está basada en la disponibilidad de la presa, y sus abundancias a lo largo del tiempo siguen un patrón de dos curvas sinusoidales desfasadas por sus diferentes velocidades de producción de nuevos individuos. Desaparece la pesca, desaparece el pescador. Sencillo.

Otra conclusión importante –de un servidor, que no del foro- es la de que no hay tiempo suficiente para estudiar los fenómenos a fondo y con mucho detalle, pues para cuando llegan a arrojar información que pueda ser aplicada en la realidad, ésta ya ha cambiado. Los biólogos pesqueros van en camino a ser economistas y éstos a su vez, de convertirse en biólogos pesqueros. En lo que esto sucede –y me imagino con un camino tapizado de publicaciones- el sujeto de estudio sigue su camino declinante y desaparece rápidamente del escenario natural.

Y al final escribo algo que dijo el Dr. Francisco Javier de la Cruz González, Director General de Investigación Pesquera en el Pacífico Sur, en la primera conferencia magistral: el manejo de las pesquerías es más bien el manejo de la gente. Esta es una declaración de verdad máxima que tiene que ver con el cuidado de los recursos naturales –no solo pesqueros- en su totalidad. Mientras la gente que explota o contamina los recursos no sea organizada, educada, regularizada y alineada en la frecuencia única de la explotación racional de los recursos naturales, poco o muy poco valor tendrán estas reuniones en la vida real, como no sea para corroborar como las curvas de todas las pesquerías se siguen inclinando hacia abajo mientras que la de la población humana sigue trepando sin freno alguno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE BIEN QUE TOCAS EL TEMA DE LAS PESQUERIAS DEL ESTADO DE GUERRERO, PERO TE FALTO HABLAR DE LA SITUACION ACTUAL QUE HAY EN NUESTRAS LAGUNAS Y SOBRE TODO LA SOBREEXPLOTACION DE ESTAS, EN ESPECIAL LA DE TRES PALOS, ESTO ES UN COMENTARIO DE UNO QUE PARTICIPO EN EL FORO, QUE SERIA BUENO QUE HABLARAS MAS SOBRE ESTOS TEMAS.
CONTAMINACION, RECURSOS NATURALES, DESARROLLO URBANO (POET), FAUNA SILVESTRE, ETC. TIENES EL MEDIO Y LA INFORMACION.