viernes, 7 de septiembre de 2007
La Venecia Forzosa.
Casi está de más cualquier comentario. Hasta el oir, una vez más, la muy recurrente frase “crónica de una muerte anunciada” con cualquier cantidad de variaciones causa hastío. Muchas personas, en muchos medios, dicho de muchas maneras, manifestaron lo mismo: en esa zona se inunda. Son zonas inundables y ahora se confirma que son zonas inundadas. No es ninguna sorpresa. Solo era cuestión de tiempo y un poquito de agua. Tres días de lluvia a como antes era normal en Acapulco trae a la vista lo que todos de alguna manera recordábamos y que cuando nos enterábamos de que ahí se estaba desarrollando nos hacía preguntarnos “¿que no es ahí donde se inunda…quién va a comprar?” Pues hubo quien compró y ahora está pagando las consecuencias.
Desde un principio el asunto estuvo mal. Hablemos de planeación, que ahorita se ha vuelto argumento de santo y seña para justificar ganancia voraz. Ahí está señalado por el Plan Director Urbano en su versión actualizada del 2001 –es el que tengo-el cual cito a continuacion:
“Recientemente, los daños provocados por el huracán Paulina que azotó a la ciudad, han evidenciado los enormes riesgos a los que se expone a la población y las carencias de los sistemas de infraestructura y equipamiento, por la falta de aplicación efectiva del Plan y consecuentemente de la ausencia de criterios y normas básicas para ordenar los procesos de urbanización.
Como resultado de lo anterior, las cuencas de cañadas y escurrimientos en el Anfiteatro, ocupadas con asentamientos irregulares y obstruidas por diversas edificaciones, así como sitios con pendientes muy pronunciadas, identificadas como de alto riesgo, fueron las que registraron mayores daños con secuelas de pérdidas de vias y materiales de gran cuantía. De igual manera, en las partes bajas de las riberas del Río de la Sábana, se presentaron serias inundaciones que afectaron a otra parte importante de la población de la ciudad y de sus asentamientos urbano rurales cercanos."
El asunto de las “serias inundaciones” que en ese entonce se señalaban en las partes bajas del Río de La Sabana y “asentamientos urbano-rurales” es de lo que ahora hablamos. Dejemos por ahora de lado el asunto de gente viviendo en cañadas, laderas empinadas y debajo de piedras descomuales, que con esto muestran claramente no su ignorancia o falta de educación, sino una falta absoluta de sentido común y una clara vocación suicida con quién sabe qué fines.
En el PDU está impreso lo que ahora se ve fué un error garrafal: denominar como zona en la que se puede construir a los humedales de la laguna de Tres Palos. Claramente está clasificada como zona Habitacional Mixta (HM), Turística (T), alguito de Turística con Normatividad Ecológica (TNE) y salpicaduras de Areas Verde y Espacios Abiertos de Valor Ambiental (AV) y de Proteccion y Conservación de Areas Naturales (PCAN).
En los últimos años vimos el desarrollo explosivo de casas de interes social rellenando alegremente zonas milenariamente inundandas por la laguna en su época de crecida, bloqueando el paso natural del agua, construyendo casitas mínimamente aceptables y vendiendo a continuación a diestra y siniestra. Ni siquiera el argumento de que están resolviendo el problema de la vivienda en Acapulco es aceptable, pues la mayor parte de la gente que ha comprado es de fuera. Esta es su segunda casa, la de vacaciones. También la clase media tiene sus pretensiones y esto ha sido el filón que han estado explotando las tres grandes del desarrollo inmobiliario de tipo social : ARA, Homex y Geo.
Ni para que se acusen mutuamente de que es mala propaganda de una u otra en su contra. Todas está igual, inundandas por la misma agua y embarradas de manera horrible en este evento –el cual estamos seguros es repetitivo- que debiera establecer un antecedente para estos y futuros desarrollos en este tipo de zonas, en las que, ahora vemos, no se debe construir.
Dejando también de lado el asunto ecológico, que a estas alturas ni siquiera ha sido tocado, el problema tiene connotaciones de crisis económica. Estas empresas hicieron y pretenden seguir haciendo grandes inversiones que me imagino ven en riesgo. Una persona razonable- me refiero al comprador- no volvería a habitar una casa en tan evidente riesgo, por muchas promesas de bardas, cauces, compuertas y desazolve que haga la constructora. Es lección aprendida que con el agua no se puede. Brota desde suelo, circula por debajo del suelo, circula por la superficie, derriba muros, rebosa cauces. Es gran aliada y gran destructora.
Entonces….¿le van a regresar su dinero a esta gente? ¿La van a reubicar y pagar daños y perjuicios y le van a compensar el tiempo que de seguro tendrán que comsumir para dejar este problema arreglado? ¿Le van a permitir a estas constructoras –so pretexto de no afectar “el desarrollo”- seguir vendiendo sus casitas del humedal? ¿Se le va a permitir a Geo, Ara y Homex que sigan engañando gente para venderles casitas que se sabe tarde que temprano se han de inundar? ¿ Les hicieron firmar un contrato en que estaban enterados y aceptaban de que se iban inundar –como me comentó un amigo- por lo menos una vez al año con más de un metro de agua y que no era motivo de reclamo? Si hasta se han aventado la puntada –ahora cumplida- de nombrar a los desarrollos con nombres muy evocadores: Mision del Mar, Rinconada del Mar, etc. Que ni digan los compradores que no se les avisó con tiempo.
Estaba por escribir, pensando en nuestros representantes populares, que a quién habría de acudir esta gente para que pudiera conseguir ayuda y que vele por sus derechos como compradores y como gente que evidentemente ha sido víctima de un engaño con promesas incumplibles cuando de repente recibo en casa mi ejemplar de El Sur. Y veo que el Congreso se queda sin quórum justo cuando se debía resolver un punto de acuerdo con 12 exhortos hacia los diferentes niveles de gobierno a raíz del paso de Henriette por nuestro puerto. ¿Les valió o les pudo? ¿Mejor corrieron? ¿A esperar a que baje el agua y a lo mejor el enojo de los “inundados”? ¿A que se enfríe el mitote y la cobertura mediática? ¿Sólo porque se discutía que se deslindaran responsabilidades ante “…la presunta violación sistemática de leyes, normas y reglamentos en materia de desarrollo urbano y ecología “? Valientes diputados.
Se debiera –debiéramos- estar muy atentos sobre el desenlace de este evento negativo para nuestra imagen de desarrolladores y de imán de inversionistas que vienen a hacer negocio y no a perder dinero a nuestro puerto. Si se brinca de manera tan flagrante las restricciones que precisamente fueron elaboradas para prevenir este tipo de desastres, al ocurrir lo que ahora ocurre se echa a perder un negocio en el presente, muchas oportunidades de negocio en el futuro y se impacta fuertemente la economía de nuestro puerto. A lo mejor las casitas no las compramos nosotros, pero muchos de los que están ahí trabajando son gente de aquí.
Y sólo seguir una serie de reglas sencillas que ayudan a prevenir desastres “no esperados”: si hay mangle, no construyas ahí. Si hay tular, vegetación acuática, sapos, cangrejos y peces, no construyas ahí. Si todo el mundo te dice que el nivel de agua sube con una lluvia fuerte, no construyas ahí. Si lo haces, de seguro te inundarás, perderás tu inversión, tu prestigio de muchos años como desarrollador y te darás una quemadota como la que ahora, con nuestras condolencias, se llevan Ara, Homex y Geo junto con todos los funcionarios involucrados que incumplieron para cumplir.
Asesoria legal: Colegio de Abogados
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